Deseamos cumplir años sanamente.
Un temor recurrente es la pérdida de las capacidades físicas y mentales así como nuestra independencia.
Ahora ya somos conocedores de que los factores que inciden en el envejecimiento saludable dependen de nuestra genética, pero también de la nutrición, de las rutinas y hábitos físicos y mentales y de cómo socializamos.
Trabajar sobre esos factores es incidiramente beneficios en la prevención primaria (antes de que aparecieron enfermedades), y la prevención secundaria (cuando han aparecido, pero se pueden minimizar o ralentizar sus efectos).
La actividad física mantenida conlleva ventajas que inciden en la calidad de vida.:
Algunas investigaciones asocian estos efectos mentales a la secreción de determinadas hormonas y a un aumento del riego sanguíneo en importantes áreas cerebrales como el hipocampo, asociado al aprendizaje y la memoria.
El cerebro también se puede trabajar, al igual que la musculatura. Se debe a una característica del cerebro que denominamos «plasticidad neuronal».
Para comprenderla rápidamente, hay que comprender qué son las neuronas y las sinapsis.
Al aumento y modificación de esta estructura cerebral de neuronas y sinapsis lo denominamos plasticidad neuronal, y es lo que permite al cerebro recuperarse y reestructurarse para mantener sus funciones.
Estos procesos se ralentizan con la edad, pero no desaparecen. Y se pueden trabajar mediante la estimulación cognitiva, la exposición a nuevas experiencias y el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Se trata de incorporarlo como un hábito permanente.
El problema radica en la falta de adherencia a programas de entrenamiento cognitivo, bien por falta de motivación, por resultar monótonos o por temor al fracaso y a no saber realizar las tareas.
De ahí la importancia de actividades con significación, que fomenten el deseo de continuidad y disponer de un apoyo que oriente para la resolución de problemas.
La cultura del ocio y la tecnología suponen una gran oportunidad para el acceso a la información y el desarrollo de nuevos intereses.
Conjugar cultura y curiosidad con la estimulación cognitiva, posibilita que las tareas tengan significación, sean interesantes e incidan en la creación de un hábito de trabajo.
El papel de la tecnología es una oportunidad, pero genera inseguridad en la población mayor de 60 años (con razón).
De ahí la importancia de programas de aprendizaje tecnológico, que promuevan el uso consciente y orienten a la resolución de los problemas más comunes surgidos en el uso diario.
En muchos centros se realizan actividades de estimulación cognitiva. Suelen ser participativos y conllevan interacción social. Son una buena opción para entrenar el cerebro y socializar.
Sin embargo, además de la evidente falta de plazas, otras personas prefieren programas de deporte mental a distancia por distintos motivos:
PASATIEMPOS LA BOMBILLA puede ser una buena solución.
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